Leo y sus enseñanzas
Cuando Leo nació supe que era mi última
oportunidad de disfrutar a plenitud de todo lo que implica la paternidad, algo
terminó de formarse en mí, experimenté la añoranza desconocida hasta ese
momento, de lo que es saber que sería el último de mis bebés.
Ya sabía por la experiencia
previa de mis dos primeros hijos, que el olor a bebé, los primeros balbuceos,
las primeras monerías una vez que se van, no vuelven. Por mucho que la memoria
se esfuerce. Supongo que es parte de un proceso biológico que nos impide
recordar todo, algo así como querer retener todo cuanto vives y sientes al abrazar
a tus hijos por primera vez. Si asi fuera, tal vez no los dejarías crecer, volverse
independientes y finalmente irse. No lo sé de cierto, pero lo supongo.
Con Leo quise aferrarme a todas las cosas que ya no volverán, tal vez por eso digan que lo consiento, tal vez he procurado estar más atento a todos los detalles que finalmente un día olvidaré por mi bien y por el suyo. Para anticiparme a los efectos de la memoria escribo esto, Leo tiene una gran agilidad mental, una sensibilidad artística unica y un carácter intenso que demuestra en todo lo que hace, es obstinado y retador, medio gruñón a veces y posee una gran capacidad de percepción del entorno que habita.
Leo vino a este mundo a poner a
prueba la paciencia de todos cuantos le amamos, y solo puedo agradecer por lo hermoso que ha sido
conocerlo y verlo andar, escribo esto para no olvidar algunos detalles que la
memoria va a desechar y en el futuro al leerlo de nuevo, sepa que mi adorado
leo, fue una bomba que junto con sus hermanos llenan la casa de un hermoso
ruido, de esos ruidos que solo pasan en un hogar.
Gracias vida por estos
maravillosos 6 años de mi adorado Leo. Que el universo te siga protegiendo🙏.
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